A mi siempre
me encanta visitar cosas típicas de la cultura del país que estoy visitando,
entrando en casas de allí, o bien viendo espectáculos tradicionales, o haciendo excursiones a lugares recónditos
donde encontrar tribus autóctonas.
En el
caso de Rusia, la descubrimos mediante un crucero
fluvial (crucero rusia) precioso. Una de las cosas típicas que vimos en una de las
excursiones fue una dacha, típica
casa de madera rusa.
Había
una habitación grande que se dividida en tres
grandes zonas: en una esquina estaba el icono al que oraban y que protegía a la
familia.
En
otra se encontraba la cama, aunque cuando venían huéspedes dormían en el suelo,
en colchones o incluso encima de la chimenea los niños o ancianos porque era la
parte más caliente.
Cerca
de esta zona estaba el samovar,
cuantos más tenía la familia, más rica era. El samovar es una especie de tetera
ya que en su parte superior se colocan las hojas de té, y con el calor del
carbón u otra fuente de calor, está continuamente generando vapor, así que
prepara continuamente la infusión que se diluye con el agua del equipo y así
produce un te listo para tomar. Esta costumbre del té la cogieron de los
mongoles aunque ya usaban los samovares antes de que llegaran para hacer otras
infusiones con mile y agua que siempre estaba caliente y les servían para
aguantar las bajísimas temperaturas del invierno.
El
tercer rincón era el del trabajo de la mujer, donde en este caso teníamos a una
chica vendiendo collares artesanales.
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