sábado, 30 de abril de 2016

Recomendaciones para viajar en Dinamarca

Nuestro crucero de los fiordos crucero fiordos diario comenzaba y acababa en Copenhague, factor que aprovechamos para conocer la ciudad e ir a Legoland con nuestra niña (viaje legoland).
                                        
En general, podemos decir que frente a España, Dinamarca es un país bastante caro de forma que por ejemplo cualquier cena normal te puede costar de 30 a 40 euros por persona. La bebida es también bastante cara, y más en los hoteles, así que hacer alguna parada en los múltiples 7eleven que hay para abaratar un poco los costes.

Una cosa muy positiva de Copenhague es que si vais muchos juntos, podéis coger taxis especiales donde caben hasta 7 personas con sus respectivas maletas, y te cobran lo mismo por trayecto. El taxi del aeropuerto al centro de Copenhague es bastante caro, aproximadamente 70 euros y si pagáis con tarjeta en los taxis hay una comisión, igual que sucede en Londres, que varía dependiendo de la tarjeta que es, siendo de las más caras la comisión de la American express.

Podéis cambiar dinero en el aeropuerto o también allí mismo. En plena calle Stroget, la calle peatonal más famosa creada en noviembre de 1962, había muchísimos sitios de cambio de dinero.

Los hoteles en el centro de Copenhague tienen habitaciones bastante pequeñas, y la mayoría están cerca de la estación central y de las vías del tren. Tenerlo en cuenta a la hora de reservar, sobre todo si sois más de dos en una habitación. A nosotros nos pasó que nos cobraron un extra por la niña y al llegar allí, nos habían puesto una cuna que era gratis, así que exigimos cambio y nos cambiaron a otra habitación donde la tercera cama era un sofá cama, donde claramente, no podía dormir una niña pequeña sola, y por supuesto el hotel se desentendió.

Consejo final: Tener en cuenta los precios a la hora de planificar un viaje a este país, al igual que pasa con otros países cercanos como puede ser Holanda (XXX) (excepto Ámsterdam que hay más variedad y es más económico en general), donde también el precio de las comidas o bebidas es bastante elevado.


Cremaciones en Nepal


Aunque es un tema complicado, creo que merece un tip especial cómo se realizan las cremaciones en Nepal. El país tiene mucho más, como grandes templos, pueblos muy interesantes, etc., puedes verlo en mi diario viaje nepal
.

Las cremaciones en Nepal se celebran en el templo de Pashupatinah, dedicado al Dios Shiva (el creador y el destructor), que se encuentra a orillas del rio Bagmati, que es un afluente del rio Ganges y se considera sagrado ya que desciende del Himalaya y comunica a los hombres con los dioses. Igual que veremos en Benarés con el Ganges, la gente intenta incinerar a sus muertos aquí ya que así creen que no siguen reencarnándose. Por ello también tienen un hospital, justo detrás de las escaleras, donde se quedan los moribundos hasta que pasan a la otra vida.

Este no es un río donde vayan a bañarse, aunque vimos a una mujer lavándose el pelo. El proceso consiste en que llegan los fieles que van a cuidar y preparar al cadáver y antes de traerlo se sumergen para purificarse. Después traen el muerto, que colocan en una de las plataformas de los ghats. Aquí se ve la diferencia entre castas y poder adquisitivo. Vimos dos, una persona rica y otra pobre. La rica venía envuelta en una tela roja muy bonita y tenía espacio en una plataforma mientras que lo preparaban. Por el contrario, el pobre directamente se preparaba en el mismo rio.

Se siguen varios rituales. En primer lugar se les pone la cabeza más alta que los pies, el rico con un tope de madera y al pobre levantándole la cabeza con la camilla directamente a la par que los pies entraban en contacto con el río. Después se les da de beber agua del río y les echan flores sobre la cabeza. Posteriormente comienza la cremación, que puede durar 3-4 horas. Desgraciadamente presenciamos un hecho desagradable y es que llega un punto donde a una altísima temperatura la cabeza explota, y lo oímos...Una vez que tanto el cadáver como la pila de madera han quedado reducidos a cenizas, un fiel de la familia ayudado con un palo echa todas las cenizas de la plataforma al río, echando hasta el palo con el que se ha ayudado, y luego con cubos, termina de limpiar la plataforma. Todo esto no es tan trágico como podemos sentirlo en España, ya que para los hinduistas la muerte es una liberación del sufrimiento de la vida...



Visitando el Templo de Tanah Lot, Bali

Al igual que nos pasó en Camboya (viaje a camboya), el que sean los templos más visitados no siempre significa que sean los más espectaculares. Sinceramente, Tanah Lot es un templo bastante bonito, pero me parece más original que otra cosa, ya que esta en lo alto de una montaña rodeado por mar dependiendo de la marea, pero al ser tan turístico, se desvirtúa un poco la visita, ya que toda la entrada es un sinfín de tiendas con todo lo imaginable, desde tablas de surf, suvenires, comida, etc., y luego llegas al templo en sí

Para mi es mucho más autentico el Templo Madre, o el templo del manantial sagrado, o incluso el templo Ulun Danu Betalan, que aparece en el billete de 50000 rupias y donde tuvimos la suerte de ver una ceremonia dentro con la gente vestida de blanco siguiendo las oraciones del monje. Mira mi Diario para más detalles viaje a bali

De todas formas, lo dicho, ir a Bali y no ver Tanah Lot no es admisible, pero para mí no es el templo más bonito de la isla. Es una formación rocosa en medio del mar. Su nombre, precisamente, significa en lengua balinesa "tierra en medio del mar". Se erige sobre una gran roca que ha sido formada por el envite de las olas a través de los años y se puede acceder a él justo cuando la marea está baja.


Se dice que se construyó en el siglo XV gracias a la iniciativa de una sacerdote llamado Nirartha, quien, al descubrir el islote formado por esta grandiosa roca, lo consideró un lugar sagrado en donde debían levantar un templo para rezar a los dioses. Desde entonces el templo de Tanah Lot forma parte de la mitología balinesa.

De hecho, según las creencias populares este templo está protegido de espíritus malignos e intrusos por serpientes venenosas situadas en la base de la roca y que también lo protege una serpiente gigante. Se puede tocar una serpiente que dicen que es sagrada, aunque puede morder, así que preferimos no hacerlo.

En 1980 parte del templo de Tanah Lot empezó a desmoronarse, por ello, el gobierno de Japón le hizo un préstamo al gobierno de Indonesia de 800 billones de rupias para así poder restaurarlo. Y aunque para ellos el agua es impura, la verdad es que en este templo todo es agua, desde la ubicación del mismo, las islitas que se forman a su alrededor...




Visitando el Templo madre tierra, Bali

Un templo bastante bonito y espiritual a visitar en Bali es el Templo madre tierra, o templo Besakih Pura. Puedes ver otros en el diario viaje bali

Es un lugar bastante sagrado, así que antes de entrar había que ponerse el batik, que se vendía en todos lados. El batik sarong es un trozo de tela, liso o de vistosos colores, normalmente de algodón, que se enrollan alrededor de la cintura. Según nos comentó el guía como mucho lo lavan una vez a la semana.


El templo es sagrado ya que está en la ladera del Monte Agung, el volcán principal de Bali y se veía de fondo, aunque la cumbre la pudimos ver entre las nubes. Al estar en una montaña tuvimos que subir grandes escalinatas :)



Es el templo más sagrado y grande de la religión hindú en Bali, yendo muchísima gente a poner ofrendas. El templo data del siglo XIV. Son veintidós templos que se van ubicando en las terrazas de la montaña, diseñados para llevar a la persona espiritual hacia arriba y más cerca de la montaña que se considera sagrada como ya vimos.

El Santuario principal del complejo es la Pura Penataran Agung, del siglo XVII, que es donde vimos una ceremonia donde el monje rezo un rato y luego los fieles dieron una vuelta siguiéndole bendiciendo los merus que había alrededor mientras los fieles iban poniendo ofrendas como se ve en las siguientes fotografías. En teoría no podíamos estar dentro del recinto ya que ahí sólo pueden acceder los fieles que procesan la religión, pero el guía nos llevó a un apartado para que pudiéramos verlo.





Este volcán tuvo varias erupciones, siendo la peor la de 1963 que mató a 1700 personas aunque el templo se salvó, hecho que se ha considerado por los balineses como milagroso y una señal de los dioses que deseaban demostrar su poder.

Una de las características mayores de este templo es la grandísima escalinata de entrada llena de figuras y los merus, que los hay por doquier. Estos merus son estructuras religiosas de diferentes tamaños dependiendo del dios al que está dedicado, variando desde 3 alturas hasta 11 que es él lo más alto que pueden ser, y siempre tienen que ser un número impar de tejados.





Visitando una Casa Balinesa

Una de las excursiones típicas en Bali es ver una casa Balinesa por dentro. Parece una tontería y que vas a ver un piso, o un chalet, pero en verdad, al visitarla, descubres muchísimos aspectos de su cultura altamente interesantes. Mira mi diario para más detalles de otros puntos de Bali Viaje Bali

La casa, al igual que su religión, tiene tres partes fundamentales. Tienen la parte del templo (la cabeza), la parte donde viven (tronco) y la parte de la entrada o la cocina (piernas y pies). El terreno de la casa balinesa está rodeado de un muro de piedra y en las esquinas hay torres que protegen la energía del hogar de los malos espíritus. También para proteger la casa, justo pasando la puerta de entrada, tienen una barrera llamada aling aling ya que piensan que los espíritus no son capaces de torcer esquinas, de forma que tienes que hacer una S para poder acceder dentro. La entrada, kuah, suele estar donde se pone el sol, nunca donde se levanta.






En la puerta antes de entrar hay una placa que refleja el pueblo donde están, el dueño de la casa y cuantos hombres y mujeres viven dentro. 

Sinceramente, el interior nos sorprendió ya que imaginábamos que iba a ser estilo europeo, pero es algo totalmente distinto. Las casas balinesas están formados por pequeñas casitas (bale) que se distribuyen dentro del recinto de los muros. En el centro se ubica una casa abierta donde se reúne la familia, como el cuarto de estar, ya que con el clima tropical pueden vivir fuera.

Según entramos a la derecha estaba ubicada la cocina, que era bastante rudimentaria . Y en todo el perímetro se ubican casas donde viven los miembros de la familia. Lo más sorprendente son las ofrendas, distribuidas por toda la casa. Las más curiosas son las que se encuentran a los lados de las puertas de la casitas de la familia, ya que las colocan donde están enterradas las placentas de los niños que tienen. Si es niña, la entierran a la izquierda de la casa, y si es niño a la derecha, y cada día le ponen tres ofrendas en ese punto. Las casas las ubican en dirección a lo sagrado y a los puntos cardinales. De esa forma la casa del jefe de la familia, umah meten, se ubica hacia las montañas. De la misma forma, la cocina (paon) o el lumbung (donde se almacena el grano) están ubicados hacia el mar.


Al fondo de la casa tenían el almacén de grano y los animales. Destaca el gallo de pelea, que aunque es ilegal, lo tienen casi todas las familias para apostar. Normalmente, cuando va a haber una pelea, el dueño de la casa va a la policía (que es muy corrupta y sobornable) y se lo “comenta”. De todas formas, si durante la pelea va un policía, aunque sea vestido de paisano, la gente se escapa y el dueño de la casa le vuelve a sobornar. 



Al noroeste se sitúa el lugar más sagrado e importante de la casa, los templos familiares.


Visitando un templo de los Sikhs, India

Los Sikhs son una religión muy particular y única, predominante sobre todo en India. Tuve la suerte de visitar uno de sus templos en Delhi en el viaje que hicimos Viaje a India y nos explicaron muchísimos detalles de su religión.


En India sólo representan un 1,8% de la población, pero tiene muchísimo poder, ya que han destacado en casi todos los campos, tales como las fuerzas armadas, la agricultura, los deportes, la industria, la educación, medicina, ingeniería...

La palabra Sikh significa "discípulo". Creen en un solo Dios y en las enseñanzas de los diez gurus atesorados en el guru Granth Sahib, libro sagrado. El fundador fue Guru Nanak y le fueron sucediendo nueve gurus hasta el último que es Guru Gobind Singh en el siglo XVIII. Él creó la ceremonia del bautismo, llamando a los primeros bautizados los "cinco amados" (panj pyare), quienes a su vez bautizaron al guru a petición suya. No hay edad mínima o máxima para el bautismo o Amrit y con él el sikh se compromete a defender los principios de su fe y el Código de conducta prescritos por los Gurus.

Los sikhs no reconocen el sistema de castas y tampoco creen en el culto de los ídolos, rituales o supersticiones. Sólo existe un Dios. Esta religión consiste en la práctica de la vida rindiendo servicio a la humanidad y generando tolerancia y amor fraternal hacia todos.

Tienen cinco símbolos que los distinguen de los demás, conocidos como las "cinco k": Kesha (pelo largo y recogido), Kangha (peine), Kara (pulsera de acero), Kachha (pantalones cortos), Kirpan (espada). Aquellos que se cortan el pelo o retocan su barba cometen una infracción de las normas cardinales de la orden y son considerados Apostatas.


Se basan en el Código de conducta sikh conocido como "Sikh Rehat Maryada". Está basado en las enseñanzas del Guru Granth Sahib, las tradiciones y convenciones sikh. Estas normas están hechas para guiar las ceremonias religiosas y reforzar la disciplina de la fe de una manera uniforme en todo el mundo. Tienen prohibido no sólo cortarse el pelo, sino probar alcohol, fumar tabaco, comer carne preparada según los ritos musulmanes, no pueden cometer adulterio. Todo sikh se debe levantar antes del alba y empezar a meditar sobre el nombre del Dios. Además, debe visitar el templo como parte de su rutina diaria.

Las dos características importantes de un templo sikh o gurdwara son la congregación (sangat) y la cocina comunitaria (pangat). Para entrar, tienes que descalzarte y quitarte los calcetines por todo el recinto, yendo descalzo a todos lados y taparte la cabeza, o bien con  un pañuelo o con un gorrito para los hombres.


Los varones suelen ir a la cocina (guru-ka-langar), que fuimos a visitar, que se utiliza para dar de comer a todos los devotos, peregrinos y visitantes. Esto se hace como un símbolo de igualdad, fraternidad y hermandad. Aquí todos por igual comparten la misma comida sentándose juntos en el suelo en una fila. Funciona con las contribuciones de sikhs. En cada gurudwara se ubica la escritura sagrada en la sala principal, la cual se utiliza para rezar y celebrar los servicios diarios. Hay que tenerle mucho respeto y no mirarla ni fotografiarla. Se nota la espiritualidad ya que al subir las escaleras van besando cada escalón. Dentro, están todos meditando y oyendo al sikh, que puede ser cualquiera, que está dirigiendo la oración. Una vez que terminan, salen sin dar nunca la espalda al libro sagrado y comen el karah parshad, que es un dulce hecho de sémola, mantequilla, agua y azúcar. Los que están preparándose para el bautizo, llevan una especie de pompón sobre la cabeza.


jueves, 21 de abril de 2016

Visita al mercado de pescado de Tokio

Al igual que me pasó con el Splashtour, tiendo a no escribir de aquellas cosas que no me han gustado, pero debe ser justo al contrario para poder compartir mi experiencia y que la gente pueda comparar opiniones

El Mercado de pescado de Tsukiji, en Tokio (Japón), me decepciono enormemente. Me lo había recomendado todo el mundo que había estado allí, pero a nosotras nos pareció bastante prescindible a la hora de conocer la ciudad.

Cierto es que ves cosas que sólo se ven en Japón, pero el madrugón, el frio, la espera, no me compensaron por el escaso tiempo que estas dentro…

El mercado es el mayor mercado mayorista de pescado y productos marinos del mundo. En él se comercian más de 400 tipos diferentes de pescados, destacando sobre todo los famosos atunes de más de 300 kg. Tiene más de 60000 empleados.  

El procedimiento es el siguiente. Lo primero a destacar es que está bastante alejado y a la hora que tienes que ir, lo más sencillo, a la par de poco económico, es pillar un taxi.

Debes estar allí a las 4 de la madrugada para coger número ya que sólo entran 140 personas en total en dos tandas, y luego esperar en una pequeña sala hasta las 5 que es cuando entra el primer turno llevando unos chalecos anti reflectantes. El primero está en el mercado de 5 a 5.30am y el segundo de 5.30 a 6am.  

El mercado que se ve es el de los atunes. Para preservar la mercancía, está a muy baja temperatura, así que si no llevas anda de abrigo, se pasa mal. Los vendedores de las casas de remate (vendedores mayoristas llamados en japonés oroshi gyōsha) estiman los valores y preparan los productos recibidos para los remates. Los compradores (que poseen ciertas licencias que les permiten participar de los remates) inspeccionan los atunes para determinar cuáles son los lotes por los que desean realizar una oferta y cuál es el precio que ofrecerán.





Para ello, primero colocan a los atunes en filas según tamaños y pesos. Les hacen unos cortes con pequeñas hachas para ver la calidad y las personas que desean comprar se acercan revisando los cortes, haciendo nuevos, mirando con una linterna como es el atún por dentro, etc. Una vez que están examinados, se pintan los atunes poniéndoles un número para que todo el mundo sepa por cuál puja y entonces comienza la subasta, llamada remate, donde no entiendes nada y según entiendes, se va comprando el atún.

El problema es que si estas en el primer turno, no ves casi subastas, ya que se dedican casi la media hora a examinar los atunes y si te toca el segundo turno no ves toda la preparación del principio.


Sinceramente, si no te importa el madrugón y sólo quieres ver un poco cómo es el famoso mercado del atún, puedes ir, pero en líneas generales Tokio tiene muchísimas más cosas interesantes que ver que este mercado. Puedes ver mi itinerario en viaje japon

Visitando el templo Fushimi Inari, Kyoto, Japón

Visitar Japón es, sin lugar a dudas, ver templos. Verás muchísimos y además debes seleccionarlos muy bien ya que no hay tiempo para verlos todos. Mira mi Diario viaje japon

Uno de mis preferidos es el templo Fushimi Inari. No está en la propia ciudad de Kyoto ya que hay que coger el tren, pero es muy fácil llegar allí. Lo más sencillo es ir a la estación de trenes de Kyoto y pedir un billete de ida y vuelta para Inari, que esta como a unos 10 minutos. Tener cuidado ya que deben ser los trenes lentos, porque nosotras a la ida cogimos uno rápido y se pasó la estación sin parar, así que tuvimos que bajarnos en la siguiente, esperar al tren de vuelta y volver una estación para atrás. Una vez bajas, el templo esta súper cerquita, como a 2 minutos o 3 andando.

Nosotras fuimos ya a última hora, ya que el resto del día lo habíamos tenido ocupado con excursiones, y la verdad que fue una experiencia única, ya que no había absolutamente nadie ni en la estación, ni por la calle, ni en el recorrido, así que todas las fotos las pudimos hacer totalmente solas. En dos ocasiones nos cruzamos con dos personas, pero tres minutos después habían desaparecido…La soledad, unido a la paz del lugar, la oscuridad, los ruidos de los numerosos animales que había cerca, hizo que finalmente no llegáramos a la cima ya que los 4km se nos estaban haciendo largos y nos empezó a dar miedo, pero cabe decir que Japón es un país ultra seguro.


Este templo es mundialmente conocido por tener miles de estos arcos que delimitan el camino por la colina (aunque a veces se bifurcaba y no sabías por dónde había que ir)  y es de los más famosos del mundo, entre otras cosas, porque apareció en la película Memorias de una Geisha en el 2005. El sitio, simplemente, te ponía los pelos de punta, por la magnificencia de ver miles y miles de toris uno detrás de otro, y el silencio sepulcral que había por no tener cerca ninguna población grande, y sólo oírse los animales del bosque. 

En la base de la colina se encuentra el santuario Go Honden y la puerta de Sakuramon. Tras recorrer los caminos de senderismo franqueados por toriis, se pueden ir observando varios santuarios o pequeños puestos de oración para ir preparándose durante la ascensión. Por el camino, se ven asimismo numerosas estatuas de zorros (kitsune) que son los mensajeros de Inari, llevando a menudo una llave para el granero donde se conserva el arroz en sus bocas.

Estos toris son arcos de madera, normalmente rojos o naranjas, que indican la entrada a los santuarios sintoístas, marcando la frontera entre lo sagrado y lo profano.


En general, los templos del dios Inari poseen el tori de acceso y muchos otros, erigidos uno detrás del otro, formando pasadizos, siendo el más famoso este templo. En él, cada tori que se ve es una donación de una persona que ha tenido existo en los negocios. Una parte es lisa mientras que la otra lleva escrito la fecha en que lo donaron y el nombre de la familia. Se considera que Inari protege las cosechas, así que se asocia este dios a la riqueza.  



Jugar al Pachinko en Japón

Si vas a Japón (diario japon), en algún momento debes probar el “deporte” nacional, que es jugar al Pachinko. Nosotras lo probamos en dos ocasiones y la verdad, que no nos enteramos de mucho. Se juega en los pachinko-parlors, que son casinos legales, que veras distribuidos por todas las ciudades de Japón y que se distinguen por muchísimo colorido y luces. Dentro, no se pueden hacer fotografías.

Nosotros preguntamos el funcionamiento del juego, pero nadie fue capaz de explicárnoslo en condiciones, así que nos quedamos con la gran incógnita de cómo jugar de verdad.

Si lo veis, es un sistema muy similar a los clásicos pinball. Se dice que fue inventado alrededor de los años en que Japón se encontraba sumido en la Segunda Guerra Mundial en la ciudad japonesa de Nagoya. De fondo, las maquinas tienen personajes de comic, dibujos animados, temáticas, etc.

Al parecerse a un pinball, lo que entendimos es que las pelotitas no se podían ir por abajo, así que accionábamos las paletas para evitarlo, pero claramente nos faltaba algo más. En teoría hay unas pequeñas puertas que cuando las bolas pasan por ellas, hace que giren las imágenes del centro y aquí tienes que tener todas iguales. Nos decía el guía que cuando tenías dos iguales, pueden ponerte en algunas música o animaciones para animarte a seguir. Cuando tienes las tres iguales, se abren unas compuertas de forma que por cada bola que entre, ganas 12 más. Es complicadísimo¡¡ De pura suerte, nosotros logramos una cesta de bolas de regalo que volvimos a invertir. Claramente, los japoneses que tengas cerca van a tener cestas y cestas llenas ya que se tiran muchísimo rato jugando y son expertos en esta clase de juegos. Posteriormente, puedes cambiar las bolas ganadas por premios o seguir jugando más con ellas. Nunca se cambia en el propio local las bolas por dinero, aunque nos comentaban que siempre suele haber una tienda cerca donde te hacen los cambios…

De todas formas, pasas un buen rato y te ríes mucho al intentarlo y ver que se te escapan todas sin remedio, y ya no sabes si el truco es tirar de una en una, todas a la vez. Creo que hay más intríngulis en todo esto, ya que se veían muchas más puertas y demás, así que aunque estas sean las reglas básicas, por detrás debe haber toda una cultura muy especial para dominar este juego. Si visitáis el país, probarlo.

Otro sitio donde también jugamos fue en el Onsen. Aquí era mucho más tranquilo ya que estaban ubicadas las maquinas junto con otras para divertirse como unos tambores para seguir la música, etc., así que aquí fue mucho más distendido el juego.



Visitando las Amas de Japón

En la pequeña isla de Mikimoto en Japón puedes visitar un centro donde te explican con todo detalle cómo se cultivan perlas en la zona, desde cómo se crean los diferentes tipos, cómo se sacan, cómo se clasifican, cómo se parte del núcleo y se van añadiendo capas, etc. Puedes hacer muchas actividades dentro, desde fotos con ostras, abrir alguna y sacar la perla, etc. Muy didáctico sin lugar a dudas.



Al final hay un pequeño museo donde ves cuadros hechos con perlas, o la campana de la libertad, la corona de Inglaterra, la pagoda de cinco pisos, etc.

Pero lo verdaderamente interesante de la visita es conocer a las Amas. Ellas son las verdaderas campeonas de la isla. Son las buceadoras que se sumergen con un método totalmente tradicional para recoger las perlas. Van siempre acompañadas, en el caso de la exhibición iban tres, pero se van dando apoyo y seguridad. Van todas vestidas de blanco, ya que eso ayuda a evitar los peces y sin aletas. Se tiran desde las barcas, cada una con una cesta atada a una cuerda que se ponen alrededor del cuerpo. Así, comienzan una respiración acompasada que hacen a la vez para estar localizadas en todo momento y que les ayuda además a poder estar sumergidas más tiempo. Llevan en la mano una especie de pincho con la que despegan los moluscos.


Estas mujeres son capaces de sumergirse más de 20 metros de profundidad a pleno pulmón, sin bombonas. Se calcula que en una hora de inmersiones se tiran 30 minutos en el fondo, 15 minutos los emplean entre subida-bajadas y los otros 15 minutos los dedican para descansar en el flotador.

Se transmite de madres a hijas quienes empiezan a practicarlo a los 13 años de edad aproximadamente. En esta etapa empiezan a trabajar a una profundidad de 3 a 5 metros de profundidad y practican durante unas 3 horas diarias. Las Amas suelen realizar este oficio hasta edades muy avanzadas (65-70 años) y se considera que están en su mejor momento a los 50 años.

Como en la mayoría de países, esta tradición se va perdiendo y cada vez van quedando menos Amas en Japón, siendo la menor de ellas de 50 años.

Para terminar la visita, vimos las cabañas que usaban las buceadoras para descansar y mantenerse calientes entre las diferentes bajadas llamadas kamado, hechas de paja. Hasta 1980 se utilizaron con bastante frecuencia.


Para más información de Japón, visita mi diario de viaje viaje japon


martes, 19 de abril de 2016

Experiencia única: Subir en elefante

Aunque he comentado en varios tips esto, incluso incluyéndolo como una de las 7 mejores actividades que puedes hacer raras al viajar por el mundo, merece la pena hacer un pequeño tip de esto especifico, para indicar la experiencia de montar en uno de los mayores mamíferos del mundo.

Para mi es algo que debes hacer una vez en la vida, y ya entonces decidir si vuelves a hacerlo o no. Yo lo he hecho dos veces, una en India (viaje india) y otra en Bali (viaje bali), cada vez de una forma diferente y no se con cual me quedaría, lo que sí que tengo claro es que espero volver a montar una tercera vez en algún otro país asiático.

En India fue la primera vez que monté y fue para subir al fuerte de Amber, en el norte de India. Allí los elefantes son mantenidos justo por motivos turísticos, de forma que con lo que cobran por subir a la gente hasta el fuerte, pagan el alimento que consumen cada día. Asimismo, está totalmente regulado el esfuerzo que puede hacer el animal, haciendo sólo tres ascensiones al día, y a primera hora, con el fin de no soportar un calor agobiante.




Aquí montas de lado. Te subes a una plataforma y te sientas mirando el paisaje, teniendo que agarrarte con la mano ya que no tienes respaldo. Mientras, los elefantes van trepando la cuesta, siendo muy gracioso como tienen que esperar ya que no caben dos en la mayoría de las puertas por las que pasas. Da menos sensación de vértigo, aunque vas altísimo, porque vas de lado y no vas viendo el suelo, lo único malo es la tensión de sujetarte y acordarte que no puedes reclinarte para no caer.





Por el camino, hay muchísimos fotógrafos que no pararan de hacerte fotos subidas a los elefantes, que luego revelan mientras que visitas el fuerte para intentar vendértelas cuando sales. No os preocupéis, os buscan ellos. Es un buen recuerdo y si regateas bien, te lo puedes llevar a un precio irrisorio, quedando así inmortalizado el momento en que subiste al paquidermo.

El otro sitio donde también monte en elefante es Bali. Aquí fue totalmente diferente, ya que cada uno montaba en banquito que iba a ambos lados de la cabeza del elefante. Independientemente de quien pesa más, la sensación que teníamos cada uno es de que nos íbamos moviendo cada vez más y más y que nos íbamos a caer por nuestro lado. Esto se debe a cómo esta  sujetas las sillas al elefante. La sensación es de más alto, ya que vas viendo la cabeza del elefante, el suelo delante de ti y cuelgas de uno de los lados, pero aun así, es muy entretenido y único.







En el caso de Bali tenia además un atractivo adicional y es que al final del paseo el elefante se daba un baño. Nosotros nos asustamos un poco de eso pero al ver a los que iban delante nuestro dijimos, no pasa nada… se mete un poquillo y se mojan la mitad de las piernas…Pero cuando le llegó el turno a nuestra elefanta, llamada Daisy, vemos que empieza a avanzar y avanzar hacia dentro, que el agua iba alcanzando la cesta…de forma que se tapó hasta los ojos. Que miedito¡¡ Pensábamos que nos caíamos ya al lago¡¡¡¡ Pero todo quedo en anécdota, nuestra elefanta nos empapo un poco con la trompa que fue muy divertido, y salimos a terminar el paseo y descender de nuestros asientos.


Consejo final: Si os gusta experimentar cosas un poco raras en los viajes, sin duda que es único el que os subáis a un elefante y hagáis un pequeño recorrido. No suele ser muy largo y tendréis una gran anécdota que contar a vuestros amigos :)  

Visitando Shirakawago

Shirakawago es una pequeña aldea ubicada en el interior de Japón que parece una imagen de postal. Es uno de los parajes de montaña más pintorescos del país.  Está situado en la isla de Honshü, al norte de Nagoya y en pleno valle del río Shogawa, es Patrimonio Mundial de la Unesco y al visitarlo te das cuenta de porqué.
Si vas a lo alto de la carretera, donde además hay un fabuloso restaurante donde saborear carne con miso y arroz exquisita, podrás disfrutar de unas maravillosas fotografías del valle.  


Nosotros fuimos en verano, pudiendo ver los prados verdes, las famosas casas gasso-zukuri con sus techos que simulan dos manos en oración, las montañas alrededor, de forma que te da la sensación de haber llegado a un rinconcito único donde quedarte un tiempo a vivir sin preocupaciones y disfrutando de la hermosura del paisaje. Por ello, indudablemente lo metería en cualquier viaje a Japón que se haga, aparte de conocer los consabidos Kyoto y Tokio y otros imprescindibles como Nara o Nikko. Mira mi Diario Japon
Las casas (gasso-zukuri) tienen esos techos para poder soportar las enormes nevadas del invierno, que se pueden ver en miles de fotografías en internet, donde sólo se ven las casitas saliendo como gnomos entre la nieve blanca e impoluta. Existen 180 en la actualidad y son casas de grandes dimensiones para poder albergar a varias familias en su interior y con una gran funcionalidad.
Una de estas casas puede visitarse por dentro, la perteneciente a la familia Nagase que data de 1890 y que es la quinta de la familia. Está hecha con ciprés japonés de 150-200 años que crecen perfectamente en el clima de la región. Es la casa más grande del pueblo y se tardó tres años en construir. El coste fue enorme: 800 yenes en aquel entonces, y una gran cantidad de sake y arroz en especie.  En 2001 el tejado se reconstruyó por primera vez en 80 años. 500 personas trabajaron en ello, incluyendo voluntarios de todo Japón. Para hacerlo usaron el método yui.


Por dentro, la casa cuenta de varios pisos. El de abajo es donde hacían la vida normal, ya que es donde se encuentran las habitaciones, la cocina, el altar (butsudan), y el salón. En el piso superior tienen herramientas y en el de más arriba los útiles de labranza, reflejando el ambiente rural y de casa de campesinos que dieron origen a estas viviendas.